Después de 11 años de discusión, y tres de formulación del plan de manejo ambiental, finalmene el Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca aprobó cuál debe ser el manejo que tendrán las 1.395 hectáreas de la reserva forestal regional del norte, que se extiende, entre Usaquén y Suba, desde los cerros orientales hasta el límite del río Bogotá, por el borde norte.

De acuerdo con lo aprobado para esta reserva, que será el segundo pulmón de Bogotá después de los cerros, ninguna construcción nueva se podrá hacer en los terrenos declarados de protección.

La idea es que esta reserva forestal regional del norte se convierta en un gigantesco corredor ecológico, que atraviese el borde norte, desde los cerros orientales hasta Suba.

El Consejo Directivo de la CAR aprobó el Plan de Manejo tres años después de haber declarado la zona como de protección desde el 2011. El plan de manejo regulará los usos del suelo y orientará la recuperación ecológica y ambiental de esta importante zona.

El territorio de la reserva forestal regional tiene una gran importancia ecológica para la ciudad y es clave en la conectividad ecológica no solamente del distrito capital, sino de la región

El territorio de la reserva forestal regional tiene una gran importancia ecológica para la ciudad y es clave en la conectividad ecológica no solamente del distrito capital, sino de la región

Frente a la amenaza latente de la conurbación de la Sabana de Bogotá, la desaparición inminente de especies de flora y fauna nativas, la voracidad del modelo de ciudad expansionista para destinar los predios a procesos de urbanización e industrialización, se presentó la oportunidad de dar tratamiento definitivo a estas problemáticas a través de la expedición del Plan de Desarrollo Distrital “Bogotá Humana 2012-2016”. 

La construcción de un modelo de ciudad armonioso con la naturaleza se sustenta en la participación ciudadana como un Derecho y ejercicio pleno de ciudadanía, que requiere de acciones colectivas para consolidar sus bases, defender y preservar la vida existente, los valores ecológicos, sociales, arqueológicos y culturales existentes en la reserva pues constituye un Patrimonio Natural de la Ciudad.

Cualquier  afectación de este sistema natural impacta negativamente la eco-región central de Colombia. El compromiso, por tanto, está ligado con la búsqueda del equilibrio y armonía con esta región del país, y los principios que rigen dicha iniciativa sevfundamentan en una ética ambiental que propende por el bien común sobre el interés particular. En este sentido, el Pacto Ambiental Ciudadano para la protección, recuperación y defensa de la zona acoge el concepto de la función social y ecológica de la propiedad consagrado en la Constitución Política de Colombia (Art 58); respaldado por las propuestas e iniciativas que propendan por un uso del suelo compatible, sustentable y amigable con el propósito de conservación.